¿Por qué caldo de huesos?
Caldo de huesos, una receta que le debe ser muy familiar a nuestras abuelitas. No es hace mucho tiempo que la abundancia de alimentos, la vida ocupada y la comodidad nos han hecho dejar de lado sabias prácticas, en las que se aprovechaba TODO lo que había para comer y uno se daba el tiempo para las preparaciones. Antes de los caldos en cubo (que normalmente tienen ingredientes espantosos), se solían usar caldos de huesos, aprovechando su sabor y sus beneficios para la salud. Pero esto toma tiempo, implica cierto esfuerzo y además no es muy "sexy" cocinar patas de pollo ¿no? Entonces, ¿Por qué volver atrás?
La ciencia poco a poco, está validando, la sabiduría de esta práctica ancestral, ya que el caldo de huesos
es una fuente de nutrientes (como colágeno, gelatina y sus importantes aminoácidos,
poco frecuentes en la dieta moderna, además de minerales, vitaminas y más), que pueden ser
fácilmente asimilados por el cuerpo.
Uno de los beneficios más estudiados y experimentados por quienes
consumen el caldo de huesos de manera regular es la mejora en la salud digestiva.
La glicina, un aminoácido presente en el caldo de huesos, es conocida por promover
la secreción de jugos gástricos y bilis, por lo que es muy importante para el
proceso digestivo. La glutamina, otro aminoácido abundante en el caldo de
huesos, es esencial para la salud digestiva, para la regeneración de la mucosa intestinal,
para los procesos de desintoxicación del cuerpo y para el fortalecimiento del
sistema inmunológico. El caldo ayuda a reparar el intestino permeable lo que hace que sea una herramienta muy interesante, económica y sencilla para quienes padecen de enfermedades autoinmunes, diferentes tipos de cáncer, enfermedades inflamatorias, del sistema nervioso, incluso alergias, asma y más. Particularmente, el caldo de huesos de pescado es una buena fuente de yodo, favoreciendo el buen funcionamiento de la tiroides.
El caldo de huesos, además, contribuye a la salud de articulaciones y huesos, al ser rico en minerales y también en colágeno. El colágeno es una proteína abundante en cualquier animal, especialmente en la piel, los huesos y el tejido conectivo. Tradicionalmente, el colágeno era muy abundante también en nuestra dieta, pero esto ha cambiado. Actualmente, nuestra ingesta de colágeno es muy baja. Incluso, hay propuestas relacionando el aumento de la osteoartritis con el decremento en el consumo de colágeno en las dietas modernas. Aunque los aminoácidos del colágeno son considerados no esenciales (es decir que el cuerpo los puede sintetizar para producir su propio colágeno), se ha visto que, por ejemplo, la glicina sería un aminoácido semi-esencial, es decir que se debería consumir para garantizar que el cuerpo tenga suficiente materia prima para sintetizar el colágeno diario.
Otro beneficio de consumir caldo de huesos es que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico. ¿Tu abuelita te preparaba sopita de pollo si estabas enferm@? La mía también. La glicina, tiene un comprobado poder antiinflamatorio, además, los proteoglicanos del caldo de pollo (especialmente si contienen patas) estimulan la producción de diferentes células inmunes. Además, al mejorar la salud digestiva, necesariamente potencia nuestro sistema inmunológico, en vista de que en el intestino se localizan entre el 70 y el 80% de nuestras células inmunocompetentes.
El caldo de huesos es muy beneficioso también para la salud de la piel. ¿Te suenan colágeno y ácido hialurónico? Son ingredientes estrella de muchas cremas “anti-aging” carísimas. Un buen caldo de huesos es una buena fuente de estos compuestos. El caldo de huesos es rico en prolina, un aminoácido precursor para que el cuerpo forme su propio colágeno. Es especialmente beneficioso para mujeres que entran a la menopausia, ya que la bajada de estrógenos reduce la síntesis de colágeno, por lo que aportarlo en la dieta se hace más relevante.
El caldo de huesos también ayuda a conciliar el sueño, al ser rico en magnesio, un mineral conocido por sus efectos calmantes, y en glicina, que ayuda a activar nuestro sistema nervioso parasimpático (responsable de la regulación de actividades como la digestión, la relajación y el descanso).
Otro beneficio importante del caldo de huesos es que equilibra el aporte de aminoácidos. Comer sólo una parte del animal (normalmente músculo o carne magra) genera un desbalance de aminoácidos en la dieta, lo que implica abundancia de algunos compuestos, como la metionina, relacionada con enfermedades cardiovasculares. La glicina presente en el caldo de huesos, contribuye a la conversión de glutatión, un antioxidante que contribuye a fortalecer nuestro sistema inmunológico.
Y por último, pero no menos importante, el caldo de huesos es delicioso,
hace tus comidas mucho más sabrosas sin necesidad de recurrir a compuestos
nocivos como el glutamato monosódico.
Ahora, por supuesto que esto no es magia. El caldo de
huesos es genial complemento de una dieta equilibrada y hábitos de vida
sanos, por sí solo, no tendrá un efecto milagroso.
¿Interesante no? ¿Consumes caldo de huesos? ¿Te interesaría incorporarlo en tus hábitos de autocuidado? Cuéntame, me encantaría leerte...
Alejandra Navarro Rossetti
Coach de Nutrición Integrativa y Salud Digestiva
Active Balance Life
Cel. (591) + 772 85073
Fuentes:
https://www.medicalnewstoday.com/articles/323903#joints
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22293292/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20093739/
https://chriskresser.com/the-bountiful-benefits-of-bone-broth-a-comprehensive-guide/
https://www.annualreviews.org/doi/abs/10.1146/annurev.med.49.1.31
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27852613/
Gracias por esta valiosa información!!! Que interesante receta!!!
ResponderEliminarQue gusto que te haya servido!
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